Desde un punto de vista clínico, la enfermedad de Parkinson se caracteriza
por causar tres tipos de alteraciones. Sus síntomas son los temblores, la rigidez
muscular y la retardación de los movimientos con falta de fuerza muscular,
lo que se denomina bradicinesia o acinesia dependiendo de su grado de
afectación.
TEMBLOR
EL temblor en la enfermedad de Parkinson es definido como un movimiento de vaivén de carácter rítmico e
involuntario, que en las etapas iniciales de la enfermedad es percibido por
el paciente de manera interna, sin resultar visible desde el exterior. Sus
primeras manifestaciones suelen aparecer asociadas a situaciones con una fuerte
carga emocional o tras haber sufrido un proceso infeccioso, como puede ser un
cuadro gripal. Inicialmente, el temblor suele afectar a una sola mano, para
extenderse posteriormente a la otra mano o al pie. Se considera que éste es
producido por el propio ritmo de la mÉdula espinal, que en condiciones normales
es reprimido por medio de los mecanismos troncoencefálicos. En la enfermedad el
temblor se manifiesta de un modo característico a través de lo que se denomina
temblor en reposo que se suele notar preferentemente en los dedos o en las
manos durante las situaciones de relajación completa y desaparece cuando el
paciente realiza un movimiento intencionado. Las situaciones de ansiedad,
estrés y tensión también hacen que el
síntoma se intensifique.
RIGIDEZ
El rigor se caracteriza por un estado de tensión muscular constante e
involuntario, tanto en la musculatura agonista como en la antagonista. Este se
manifiesta de forma uniforme y simultánea, y ofrece una fuerte resistencia al
movimiento pasivo, independientemente de
la rigidez o de la fuerza de éste que bloquea la movilidad activa en todas las
direcciones.
En ocasiones la rigidez se presenta en forma de resistencia rítmica que es
percibida por el paciente cuando se encuentra completamente inmóvil. Algunos de los signos de rigidez que se
pueden observar habitualmente en los pacientes son:
Rigor de la musculatura cervical
Las contracturas musculares provocan en el paciente cefaleas que se
irradian desde la nuca hasta la frente. Esto se debe a la reducción de la
circulación sanguínea a través de las arterias que se dirigen desde la columna
cervical hasta la zona cervical.
Alteración
postural
El rigor muscular afecta más a los músculos flexores que a los extensores,
lo cual hace que el paciente pierda la verticalidad del eje corporal i se
propicie una postura corporal encorvada esta se caracteriza por la posición del
tronco flexionado hacia delante, las manos presionando el pecho i las piernas
flexionadas en la articulaciones de las caderas i de la rodillas.
En ocasiones podemos observar a pacientes con una desviación lateral de la
columna vertebral y, como consecuencia de ello, con una inclinación del tronco
hacia un lado. Esto se debe a que el rigor no es idéntico en ambos lados, sino
que afecta más a un hemicuerpo que al otro.
Alteraciones
del equilibrio
Tienen su origen en el estiramiento del aparato ligamentoso de las
articulaciones vertebrales.
Sensación de dolor
Esta situación constante de rigidez y contractura muscular provoca dolor en
el paciente.
Bradicinesia
y acinesia
Recibe este nombre una forma particular de los trastornos de movilidad que se
caracteriza por la lentitud y la dificultad
para iniciar de forma voluntaria los movimientos. Además de por esta
lentificación, los movimientos también están caracterizados por la falta de
fuerza.
Entre los signos de esta acinesia cabe citar las siguientes
manifestaciones:
-Dificultad en los impulsos
necesarios para un cambio postural, como por ejemplo pasar de la posición
sentada a la posición de pie o para iniciar los primeros pasos o cambios de
dirección.
-Dificultad para realizar movimientos
que supongan vencer la fuerza de gravedad, como elevar los brazos.
-Dificultad para frenar los impulsos
hacia delante, lo que obliga al enfermo a realizar pasos cada vez más
veloces hasta que pierde el equilibrio.
-Pérdida del movimiento de balanceo
de los brazos al caminar.
-Dificultad para articular y pérdida
de voz.
-Inexpresividad de fisonomía.
El predominio de uno u otro síntoma dependerá de cada caso. Así mismo, cabe
señalar que la enfermedad, a pesar de tener un carácter neurodegenerativo,
puede presentar detenciones e incluso mejorías.